En los últimos días, hemos podido divisar en el cielo un alto nivel de contaminación. Debemos asumir que el aire que respiramos presenta una elevada concentración de contaminantes y muchos de ellos causan cáncer.
De hecho, en 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, clasificaron la contaminación del aire como carcinógeno para los humanos.
De todos los contaminantes atmosféricos, las partículas en suspensión (PM) son las que fueron clasificadas como las más dañinas.
Es incuestionable que el tabaquismo es el principal factor de riesgo para el cáncer de pulmón, estando presente en alrededor de un 80% de estos pacientes. Sin embargo, otros factores como la contaminación ambiental, la contaminación doméstica, las exposiciones ocupacionales e incluso la nutrición, son responsables de alrededor de 908,000 muertes anuales por cáncer de pulmón, no muy lejos de las 1,190,000 muertes por cáncer de pulmón atribuibles al consumo de tabaco.
Además, el cáncer de pulmón en no fumadores es un fenómeno cada vez más relevante y nos obliga a plantear el impacto real que tiene la calidad del aire en el desarrollo de estos tumores malignos. En este sentido, la contaminación ambiental podría estar relacionada con un 36% de las muertes por cáncer de pulmón.
La prevención y el diagnóstico precoz son 2 estrategias centrales en el control de esta enfermedad.
¿Qué nos ofrece la madre naturaleza para prevenir una enfermedad mortal en esta época en que los niveles de contaminación son tan altos que no nos permiten, ni siquiera, ver nuestro querido Cerro de la Silla?
El Palo de Arco (Tabebuia impetiginosa), también conocido como Lapacho, es un árbol de origen sudamericano que el uso medicinal de su corteza se remonta a épocas precolombinas. La tribu Chalaway (zona brasileño-paraguaya) empleaba la corteza para tratar varias enfermedades como artrosis, fiebre, disturbios intestinales, circulatorios y tumorales. En los años 60s comienzan las primeras investigaciones oncológicas con los componentes activos de su corteza.
Entre varias sustancias presentes en el Palo de Arco, vale la pena destacar que el compuesto furanonaftoquinónico 5-hidroxi-2-naftofurandiona ha sido patentado en Japón como agente antitumoral.
Este producto es comercializado y administrado, presentando una muy muy baja incidencia de efectos adversos.
En cuanto al mecanismo de acción del Palo de Arco, sus compuestos tienen la capacidad de inhibir el metabolismo de obtención de oxígeno por parte de las células tumorales, dando como resultado un efecto destructor sobre los ácidos nucléicos de dichas células.
El Palo de Arco es una planta que se puede tomar de manera diaria en esta época en la que los índices de contaminación se encuentran fuera de control.
Por Fina Ferrara para periódico El Horizonte publicado el 11 de diciembre de 2022.
https://www.elhorizonte.mx/autor/fina-ferrara
En Pacalli encuentra el Palo de Arco en extracto.